Sin tráfico sobre las nubes.
La cosa pinta bien, aunque hace fresco y ha amanecido con unos escasos 5ºC, el día está despejado y subirán las temperaturas... quién dijo frío!, estando yo caliente riase de mi la gente. En un mes o menos esto cambiará por: voy a pelo, sin ropa debajo de la caló que hace... pero por ahora toca abrigarse.
Me pongo la chaqueta, calentadores, bragas, guantes de invierno,... no me falta ni un perejil!, me dispongo a sacar al animalito de sus aposentos, ¡y ya estamos preparados!. Hoy estoy eufórico y motivado, debido a que ayer tuve sesión doble de acicalamiento con el bicho: le cambié los líquidos internos y sus filtros, deberá ir fino si le tiro de la oreja. (Cabecita Loca - Mr Kilombo)
El destino lo he decido en el último momento, al ver el día que hace haré la ruta más larga... ya almorzaré en el primer lugar donde apriete el hambre. Pero lo primero es lo primero, llevo a el bicho al abrevadero para que se sacie para luego disponermos a salir. - Buenos dias Eloy, ¿lleno?- me pregunta mi gasolinero favorito, -Vamos de rutita bien temprano con este fresquito-, mientras echa el vao como si fumara para luego echarme una visual y comprobar que iba bien provisto. Normal, si es que son las 9 menos 10 y hace un rasca que pela... a lo que le respondo mientras le señalo las bragas que tenia metida bajo la chaqueta y me subía hasta la nariz -Luego me sobrará toda la ropa.... llénemelo buen hombre-.
La ruta es larga y cogeré por nuevos cortaeros, el punto más lejano será Aznalcollar y allá que nos diponemos ir, voy mentalizado. Nada más terminé de llenarle el gaznate le aprieto la oreja y nos vamos dirección Gibraleón. Hoy no hay desayuno en la Negra así que toca investigar.
Los primeros metros me voy acostumbrando al aire matutino, se suele empañar mucho el casco así que lo abro un poquito para que vaya cogiendo temperatura y poder ver algo, luego me pongo de pie y estiro las piernas, primero una y luego la otra vez hasta que bajan bien los pantalones, todo esto buscando que se coloquen por encima de las botas, de esta manera no entra el fresco por debajo del pernil... y ya esta el tío listo para rutear.
Aunque el cielo estaba totalmente despejado en los barrancos se ve una neblina, en plan cementerio de peli, pero un poco más agradable de contemplar. Esto se aprecia aun más por la carretera que lleva de Gibraleón a Trigueros, además por aquí se puede observar los prados verdes donde resaltan en mitad de ellos los almendros en flor.
Esta vía la pillo a veces, suele tener poco tráfico. La idea es intentar evitar las principales en la medida de lo posible, aunque esto es alto imposible intentaré al menos quitarme del medio las nacionales que pueda. Pero en primer lugar, decidí seguir por esta y llegar hasta Candón pasando por Beas. Me gusta circular por aquí, es divertida pero debo tener cuidado porque puede que encuentre algún señor madrugador caminando o ciclista. (Carla Morrison - Disfruto)
Tenía que hacer una alto antes y el lugar elegido es Clarines, allí se celebra la romería de Beas. Las veces que habré pasado por aquí y nunca me decido entrar, hoy es ese día. Me desvío a la derecha para entrar en el recinto, con cuidado que es de arena todo el lugar. Paso las primeras casas y calles y me fijo que hay mucha gente, más de lo que esperaba. Coches aparcados en las puertas de las casas, ahora si... eso de casetas de romeria ni mijita. Aquel lugar es como un Rocio pero en pequeño, por compararlo con algo que conzoca: calle llenas de arena y casas bien construidas... todo para pasar unos dias de romería, eso de los chozos quedó años atrás. Ahora mismo es prácticamente una aldea donde en aquel hasta momento circulaba un coche de la guardia civil.
Después de la espinita quitada, deje Clarines para llegar pocos kilómetros más adelante a Candón, como tengo la misma sensación que antes decido pasear por las calles de esta aldea y ver cuan grande es, la verdad que no está nada mal y además es muy bonita. Me sacó una sonrisa a esas hora ver todos los perros de la zona tirados sobre cualquier luton tomando el sol, -hace frío firulai...- me dije para mis adentros. Allí los dejé a todos medio bostezando y con los ojillos giñados porque estában encandilados.
Ahora llegó un punto nuevo para mi, pillo un desvío que va a La Peñuela, una aldea hasta con un campo de futbol, es curioso como forma parte de nuestros pueblos y aldeas, por muy chico que sea el bar y campo de pelota no pueden faltar. Eran unas cuantas calles pero todas muy bien asfaltadas, nada de casuchas viejas o derruidas, de hecho tenía un bar que con ganas me quedé, solo por curiosidad, de verlo. Pero suponía tomar otro cafe y luego vienen los apretones, no tenía muchas ganas de parar en mitad y esconderme detrás de una encina, así que seguí.
Ahora toca mi segunda parada así que dejé atrás mis pequeños y livianos recuerdos para disponerme entrar en Valverde del Camino, era el momento perfecto para zamparme algo. De alguna que otra vez de estar allí conozco un par de lugares y paré en un bar que hay justo en la travesía, Cervecería la Kña. Fue un buen desayuno: cafe, zumo de naranja y tostada con jamón (Como un señor), esto me dará la energía suficiente para unas horas. Se veía un bar concurrido a esta hora, aun así me atendieron bastante rápido. (pirata del estrecho - los delicuentes)
Cuando salí vi un buen puñado de moteros llegando para su avituallamiento matutino, iban de ruta y se ve que este es un lugar recurrente para ellos. Saludaban con confianza a los camareros y eso me agrado.
Con el ocico aun con un buen sabor dejé atrás Valverde y me incorporé a la nacional hasta Zalamea la Real, allí en el cruce con el embalse dirección Río Tinto me desvié. Ahora es cuando comienza la cosquillita que me gusta, la de ir por lugares que no suelo circular y empieza en esta ruta con la Cuenca Minera, siempre es un placer ver la corta y los camiones gigantes de la mina. Comenzamos por el Campillo que es primer pueblo tras el cruce, el color de la tierra va delatando por donde entramos y los barrancos de color cobre así lo determina, es increible ver como durante tantos siglos han sacado y sacan sin parar mineral de aquí.
Sigo imaginando mientras paso por Rio Tinto, mi mente se transportó y se pregunta como debió ser aquello en otro tiempo: carretas tirando de bestias cargadas de mineral, el sonido de los picos contra la roca y la gente ennegrecida del hollín... no hay color. Pero las vista no tienen parangón, son esquisitas para tener un momento de contemplación. Cuando me di cuenta pasó todo y llegué al desvio que me pondría dirección Nerva. Otra carretera poco transitada que es un gusto por la que circular.
Y ahora agárrate que vienen curvas, además literal. Pasé Nerva y cogí la carretera que me lleva a Berrocal, pero antes tenía que para en un lugar, o al menos eso es lo que buscaba. Un lugar que imaginé que debia eistir con unas vistas increibles al pantano de Jarrama (y que con ganas me quedé la pasada semana de encontrar). Tras una curva y otra y otra llegué a un desvio a mano izquierda que llevaba a un camino de tierra y a su vez subia un cabezo. Imaginé que sería el lugar y que desde allí se debía ver el pantano con una perspectiva increible, con valor me metí con estas ruedas por aquel lugar... el bicho se comportó!.
Nada más entrar por el camino nos encontramos una patrulla de la guardia, y antes que preguntará nada lo hizo yo, -¿hay por aquí algun buen lugar para ver el pantano?-. El agente con una sonrisa contesto que si e indicó muy amablemente por que camino debía coger, se ve que vendrían de disfrutar el mismo lugar... cuando llegue aquello me impactó.
Tuve un momento de paz, no fue tan espiritual pero si goce del silencio. Me senté un ratito sobre un peñasco y me dejé llevar. (Si tu supieras compañero - Rosalia)
Después de bajar a la tierra, con un cuidado asombroso di la vuelta en aquel terraplén improvisado de mirador y me volví sobre las "pisadas". Me incorporé y seguí dirección a El Madroño, aquella carretera sin líneas muy bien asfaltada. Llegué a El Madroño. ahota tenía una nueva ruta por descubrir delante de mi con dirección Juan Antón, una aldea perteneciente a El Madroño. Esta carretera es de ir en 2ª o no más 3ª, con muchas curvas y llena de paisajes increibles con los que hay que tener mucho cuidado, es facil distraerse y hacer barranquismo y yo no soy asiduo a este deporte de riesgo, más si voy con el bicho que no poco no pesa. Por esta carretera algún que otro Uy! salió de mis entrañas, aquel lugar merecía la mirada, disfrutar de las vistas y es propenso al despiste.
El pueblo es precioso, estaba en un cabezo y sus calles muy bien vestidas, daba gusto pasar por allí. Habia mucha vidilla de pueblo: gente en las cafeterias y por las calles, aquello me invitó a dar una vuelta por el lugar la mereció la pena. En aquel momento tocaron de las doce, que verdad es que no hay dos campanas que suenen igual. Aproveché para quitarme el casco y escucharlas mejor, justo en ese instante estaba en un mirador que daba a la torre con la iglesia y me dispuse hacer una foto.
Grábate ahora amigo/a este número con fuego en tu mente: SE-530, no hay nada más que decir señoría. (Pink Floyd - Shine on you crazy diamond)
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