Con los ojos como platos, a las tres y media ya estaba despierto 😪 y aún me quedaban otras tres horas para que amaneciera o al menos para que hubiera suficiente luz para que mi mente se activara y comenzara a preparar los tiestos. Esta semana se ha hecho demasiada larga, mucha faena provocando unas ganas infinitas que llegara el fin de semana y desconectar, han pasado muchas cosas. Todo esto me altera y ya solo pienso en montar al bicho, ponerme música e intentar desenchufarme de la realidad las horas que esté timoneando sobre el asfalto. Con este pensamiento se me hizo de día, los primeros rayos entraron por los agujeros de la persiana…. 🙂 (Sunrise - Nora Jones)
El día anterior, dentro del agotamiento ya había estado lo suficiente motivado al llegarme unos souvenirs mu apañados que durante la tarde y con ayuda de mi hermano estuvimos tuneando al bicho. Pero ya hoy es sábado, toca prepararse para salir, el tiempo acompaña así que no deje el abrigo atrás, con un pronóstico de 21 grados tenía pinta que sería una buena ruta al menos en lo que a clima se refiere.
El día acompaña.
Me dispuse a montarme y comenzar las andadas (bueno las rodadas), tenía mi objetivo claro: el Madroñal Sevilla. Para llegar allí preparé una ruta intentando pillar carreteras secundarias que estuvieran asfaltadas que no haya cogido nunca en la medida de lo posible.
Eso hice… le tiré de las orejas al bicho para ponernos de camino a Alosno y como cada vez que cojo esa dirección hice la susodicha parada obligada en La Negra: tostada y café para espabilar junto con los kilómetros hechos ya íbamos con todos los motores calientes. Tuve la suerte de disfrutar aun más al tener puesta música en la tele, sonando en ese preciso instante una de Dire Strike (Money for Nothing), sin duda un gustazo para los oidos… 😊🤤
Pa empezar bien el día…
Panorámica de la sala de trofeos.
Me fijé en una foto que tienen colgada frente a mi, era de una Polaroid y estaba completamente negra donde se podía leer debajo: Tharsis por la noche, Jejeje 😄. Me sacó una sonrisilla y me gustó el buen rollo que tienen por aquí. Después de satisfacer las necesidades culinarias, sobre aproximadamente las 9.30 nos fuimos al abrevadero del bicho para que también desayunase y disponernos a comenzar el día con la alma llena y el barriga preparada.
Aunque el tiempo diera bueno, tengo que decir que el trayecto hasta nuestro siguiente parada, Villanueva de las Cruces, hizo un frío tremendo… 🥶 el termómetro marcaba 5°C y no subía ni a la de tres, por un instante me imaginé todo el camino así y no veas qué mala follá me dio. Pero bueno, fue todo hasta que pasamos la zona y el sol se nos fue poniendo más arriba.
Cuando pasamos por Villanueva, me vi en la obligacion fisica y mental de parar frente al ayuntamiento para sentir un poco de alivio, ya que estaban unos leños gigantescos encendidos y desde la carretera hasta podía sentir el calorcito. Fue un gusto ver y sobre todo sentir en el pellejo frío esta tradición tan antigua que se celebra en enero por San Sebastián.
Leña en Villanueva de las Cruces frente al Ayto.
Calorcito del rico 🤤
Luego de tan satisfactorio y fugaz momento seguí adelante, ya el calorcito también se comenzó a sentir en el ambiente a partir de este momento haciéndo el camino más agradable. Con esta sensación y sin darme cuenta acabé llegando al primer punto en el camino que marqué, un lugar por el que pasamos a menudo pero en el que nunca nos detenemos, el rio Oranque. Que por cierto, es usado para darle nombre a un bar en Huelva muy aparente en el que no he tenido el gusto de comer pero si de visitar, aunque ganas no me falten. Llegamos al
puente romano de Oranque, las historia que habrá vivido.
El bicho ya preparado para salir detrás del puente.
Vistas del puente y el rio Oranque.
Aqui tuve un buen momento contemplativo mientras sonaba en este instante
November Rain - Guns and Roses, me relajé mientras quedé absorto y con la mirada perdida (cosa no tan rara 😅) en los saltos de agua del río color cobrizo… como casi todos los de por aquí. Perdida la mirada allí, en a saber dios que idea absurda comenzó a escucharse algunas motos, provocando traerme de vuelta al mundo. Un grupo de moteros que venían en nuestra dirección, alguno nos pitó al vernos.
Entonces empecé a pensar dónde llevaría aquella carretera sobre aquel puente… 🤔 pero eso lo investigaremos otro día y sin persarlo mas me subí al bicho, tocaba seguir con la etapa.
La siguiente parada también tiene su historia…
Continuamos la carretera para pasar junto Calañas, seguimos dirección Sotiel Coronada y dejamos atrás Valverde del Camino. El viaje se estaba haciendo más agradable, la temperatura subió hasta los 17 º y no había mucho tráfico de coche, aunque si de motos y bicicletas. Después de pasar Valverde cogimos la nacional hasta desviarnos por el cruce de Berrocal, allí estaba nuestra siguiente parada, en mitad entre el desvío y Berrocal. Pasamos primero por El Membrillo Alto y justo unos kilómetros más adelante, en un terraplén que te encuentras a mano izquierda te metes para llegar a nuestro parada, el Membrillo Bajo.
Cuando estaba diseñando esta ruta tenía interés en buscar por el camino trazado algún que otro lugar curioso parar a descubrirlo. Así di en primer lugar con el puente de Oranque y ahora con el
Membrillo Bajo, una aldea abandona con una historia terrible y triste, os invito a que deis sobre cualquiera de los enlaces que os dejo.
Paré justo en el terraplén y guardé todo los avíos en la maleta, tenía ganas de descubrir el lugar, así que subí un montículo para contemplar esta pequeña aldea abandonada y derruida. Se podía observan las calles, las casas con sus habitaciones y lo que en otra época fue un lugar habitado por unos cuantos vecinos. Un lugar donde hoy solo queda en la memoria de quienes lo recuerden, si es que queda alguno para esto, o en algún libro perdido. Me paseé por sus calles, con mucho cuidado de no alterar ni una piedra y sin tocar nada, mis respetos.
Terraplén para aparcar junto a Membrillo Bajo.
Algunas de sus casas derruidas donde se puede apreciar los muros.
La vegetación terminó por apoderarse de lo poco que quedaba.
Dejamos atrás aquel lugar con una triste historia para seguir con nuestro camino, que espero sea largo y provechoso. Ya por la carretera nos fuimos encontrado bastantes compañeros en moto, una carretera desconocida y bastante bien para transitar, llena de curvas y muy entretenida. Nos fue acompañando todo el camino unas vistas espectaculares. Lo estaba disfrutando, me puse nostálgico y eche la vista atrás, pero no recordaba haber estado en Berrocal y si así hubiera sido nada que ver al ir montando en
el bicho... era un buen momento. (
Rojitas tus orejas - Fito y fitipaldis)
Por el recorrido me encontraba coches en los diferentes apeaderos que daban pistas sobre que es un lugar lleno de senderos, senderistas y caminos con caminantes. Como era de esperar en aquel entorno, te podías perder en el horizonte, las montañas y barrancos te invitaban a distraerte, así que cuidado con las curvas. La vegetación en esta época está intensamente verde, pudiendo contemplar en su contraste la floración de los almendros que van buscando el lorenzo cargados con sus flores blancas, pidiendo le prestes la atención que se merecen, entonces me dije: -en el primer lugar que pueda echo un ratín-, y así fue…
Rutas por la antigua vida del ferrocarril.
Vistas desde el mirador.
Seguí por esta carretera, tan amena que cuando me di cuenta me encaje en Berrocal. Lleno de lugares que te incitan a contemplar, pero no podía seguir todo el día así, en algún momento tendría que volver… pero las prisas no son para viajar y para eso me pusieron en el camino una señal en forma de corte de carretera 😱. La mejor señal que podían mandar para hacerte aprender a disfrutar de la aventura.
Había una carrera en Berrocal y la Guardia Civil no dejaban pasar por la mitad del pueblo. Se ve que es la única vía posible para llegar a mi final del destino y que atravieso el pueblo. Ni me lo pensé, ni protesté, ni sufrí, ni me importó. Paré al bicho, dejé las cosas y me fui a ver la carrera… ☺️ era una carrera de nombre “La sonrisa de Rafa”, estaba todo lleno de gente de todas las categorías y su recorrido discurria por los cabezos de la zona. Entré en el colegio, punto de salida de la prueba, para pedir algo de beber. Todos los padres animaban a sus niños, la parrilla de salida estaba llena y el presentador se quejaba por el espacio cuando se disponían a salir, y no veas como corrían esos niños!
Parrilla de salida a tope.
Cuando salieron los últimos niño, como me había explicado uno de los guardias, se procedería abrir el paso. Cogí calle abajo cuando ese momento llego, encontrando por el camino una cinta de marcación de la carrera y que me taje de recuerdo. Me monté en el bicho y atravesé Berrocal, es un tramo corto que seguía como el anterior, pero esta travesía que me llevaba al Madroño es a tener en cuenta, una carretera muy bien asfaltada con infinidad de curvas de cuidado, así que procedí con precaución.
Para de abastecimiento y evacuación…
Me deje llevar por esta carretera de derecha a izquierda como si corriera por encima de una culebra nerviosa, tuve la suerte de encontrar únicamente un ciclista, lo que hizo muy placentero ir en segunda-tercera y tirar de las orejas al bicho en las rectas, aunque cortas daban juego. Me la apunto para la próxima vez 🤜🤛. Ya estaba llegado al final de mi punto mas lejano en la ruta: el Madroño Sevilla, un pequeño pueblo justo entre Berrocal y Nerva que atravesé rápidamente sus calles.
Vistas de la Iglesia de San Blas
Selfie de rigor…
Tuve un momento de relax en mi siguiente destino no tenia pensado parar pero merecio, pasando por Nerva y en una pequeña curva justo en lo alto de un cabezo pare para disfrutar de las vistas, con la corta de la mina de fondo y el pueblo justo abajo me parecio un buen lugar para estirar las piernas y pensar.
Luego me metí en el pueblo por error y me perdí... 😅 vaya que si lo hice, casi no salgo. Al final tuve hasta suerte y pasé por debajo de la corta y me impresionó, mereció la pena.
El siguiente punto de la ruta es Rio Tinto y la ruta de aquí hasta Calañas ya me la conocia de otras veces, a partir de aqui fue más tranquilo el trayecto hasta pero tenia un punto en la ruta por el.que nunca habia pasado, y fue un completo acierto. De echo casi me lo paso de lo poco acostumbrado a coger po esta carretera y es que pasando cañakas y direccio. Cabeza rugias me desvies a los Montes de San Benito y aque lugar esra como haberse perdido en el fin del mundo.
Para ir alli hay que ir alli, no coge de paso ni es una carretera de seis metros, era un camino muy bien asfaltado, eso si. Con unas curvas muy divertidas y disfrutando del paisaje por un carril de escasos tres metros. Antes de llegar a los Montes me tuve qie parar porque había un pastor con un rebajo de ovejas y aquello me saco una sonrisa. Estuve un rato esperando como iban saltandonde un laso para otro por la cuneta y no se si era al verme a mi o al bicho. Un diez a este trayecto, corto pero bien asfaltado y muy disfrutón. Solo me falto a parar a tomar una cerveza allí... 🍺😌
Ya solo me quedaba incorporarme de nuevo a la carretera, pero por el otro lado y coger dirección Tharsis, donde paré frente la mina para echar un trago de agua.
Vistas de la mina de Tharsis.
Solo me queda Alosno y terminará la ruta de hoy 😔.
Como conclusión, si es que la hubiera, tengo que decir que la disfrute mucho. Espero poder compartirla con los compañeros y que la disfruten tanto como yo. Ahora solo me queda despedirme y hartarme de corregir texto hasta que este medio decente, no me riñáis 🫣 no me lo tengáis en cuenta.
Hasta la próxima!
Ruta de 210 km,
A todos/as un saludo y gracias por leer hasta aquí!
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